Ermita de San Isidro Labrador
La ermita de san Isidro Labrador fue inaugurada y bendecida el 5 de abril de 1753. Es un ejemplo singular y representativo del Barroco, y fue patrocinada en el siglo XVIII por los agricultores de la localidad. Al respecto escribe el Padre Juan Ruiz: “Esta ermita forma una hermosa rotonda de estilo barroco; el 12 de septiembre de 1739 se obligaron, por escritura pública, a costear de sus bienes una ermita a San Isidro, un grupo de labradores de la villa… El solar para la ermita lo cedió D. Lucas de Prado”.
El edificio presenta planta circular cubierta por cúpula con linterna. Su singularidad reside en lo novedoso del diseño, siendo el único edificio religioso de la comarca que presenta este tipo de planta. La portada está realizada en granito y ladrillo: el primero, localizado en la base de la portada, se eleva hasta la línea de imposta del arco de medio punto que da acceso a la ermita; mientras que el ladrillo se alza a lo largo del arco de entrada, entablamento y frontón, hasta la misma espadaña.